Título: El mundo sin nosotros
Título original: The World Without Us
Autor: Alan Weisman
Temática: Medio ambiente/Crónica
Editorial: Debolsillo
Núm. páginas: 374
Año: 2007
(Puesto que El mundo sin nosotros no es una novela voy a tratar al libro y su opinión de una forma diferente)
El mundo sin nosotros, un experimento a la imaginación
Alan Weisman, periodista estadounidense y autor de la obra, nos invita a pensar y a imaginar como sería nuestro bello mundo sin nuestra presencia. Es decir, si, por ejemplo, un día desapareciéramos por "x" causa y todas nuestras creaciones y acciones se quedaran en la deriva. Para contestar de forma rigurosa esta pregunta Weisman viajó por el mundo para ponerse en contacto con ingenieros, zoólogos, botánicos y otras diversas profesiones para saber como nuestra marcha afectaría tanto al medio inerte como al vivo.
El libro se divide en cuatro partes y unos agradecimientos finales. La lectura se me hizo algo pesada pero porque no estaba acostumbrada a este tipo de lecturas por lo que la intercaba con novelas, sin embargo creo que trata un tema muy interesante que satisfizo mi curiosidad y me dejo con una sensación de vacío respecto a nuestro mundo.
El autor nos introduce a su estudio hablándonos del bosque polaco-ruso de Bialowieza, la mayor masa forestal europea que ha conseguido quedar libre de las actividades humanas.
Interior de Bialowieza (Fuente: Wikipedia)
Tras Bialowieza, Weisman nos comenta los primeros pasos que seguiría la naturaleza para recuperar el terreno de las ciudades después de nuestra desaparición, como por ejemplo que el metro de New York quedaría inundado al no haber nadie que bombee el agua o el poder invasivo del alianto o árbol del cielo (con una presencia muy común en España, de origen ornamental), cuyas raíces levantarían aceras y carreteras.
Ailanthus altissima (Fuente: Wikipedia, Marina Torres)
Una parte que he encontrado muy interesante, son los capítulos 4 y 5, titulados "El mundo justo antes de nosotros" y "El zoólogico perdido", en el que se nos habla de las condiciones de la creación del Homo sapiens, de la megafauna (como los perezosos gigantes) asociada y se hipotetiza si los hechos se volverían a repetir tras nuestra marcha, o seguiría una nueva vía.
Otro punto curioso es como reaccionarían las poblaciones de aves ante nuestra ausencia, y es un dato interesante porque recuerdo que en clase nos enseñaron una ilustración en la que el cielo estaba negro por la gran cantidad de estorninos (Sturnus unicolor) que surcaban los cielos, debido a la masiva caza esto dejo de ser un hecho común. Pero imaginaros, estáis en el campo tranquilamente y veis como el horizonte se va ennegreciendo ya que una nube se acerca,y cuando dicha nube está sobre vosotros os percatáis de que se tratan de aves, que juntas se mueven como un sólo ser enorme, tiene que ser sobrecogedor. Pues bien, un hecho similar se menciona en el libro respecto a las palomas migratorias norteamericanas:
Según todas las estimaciones, era el pájaro más abundante del planeta. Sus bandadas, de casi 500 kilómetros de largo y compuestas por miles de millones de individuos, ocupaban todo lo largo y ancho del horizonte, llegando a oscurecer literalmente el cielo.
En definitiva El mundo sin nosotros es un experimento de imaginación pero con buena base teórica que nos invita a reflexionar, y en el que se compara como es el mundo con y sin nosotros, como lo hemos cambiado y como a pesar de que nuestro entorno natural no gira alrededor de la figura humana, sí hemos adquirido un rol protagonista con consecuencias que tardarán muchos años en borrarse. Un punto muy positivo para mí ha sido que Weisman se ha puesto en contacto con una gran cantidad de profesionales de distintas ramas no sólo centrándose en las biológicas. Muy recomendable si te interesa el tema, y si te da curiosidad, pero no la suficiente para leerte el libro, hay varios documentales cuya idea base es el estudio de Weisman, como El futuro es salvaje de Discovery Channel y La Tierra sin humanos de History Channel, ambos (creo) se encuentran en castellano.
Una cosa sí es segura, como diría Ian Malcolm en la famosa Jurassic Park: "La vida siempre se abre camino".
¡Un saludo!
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